¿Qué harías si tuvieras que agregar unos metros a tu casa de fin de semana y además tienes que hacerlo urgentemente? El estudio de arquitectura SOA Soler Orozco la forma de hacerlo con una casa prefabricada modular de acero y madera combinadas.
Hoy os traemos este ejemplo de cómo una consideración cuidadosa y reflexiva de las limitaciones del cliente por parte del constructor, da como resultado un espacio hermoso y bien diseñado. A través de la creatividad, los arquitectos lograron una vivienda moderna, modular, atemporal y verdaderamente magnífica.
En una casa de fin de semana enfocada en la vida al aire libre, no necesitas mucho espacio interior. Al menos, ese era el primer pensamiento pensamiento de los propietarios.
Sin embargo, con poco tiempo para la construcción en el sitio, el estudio de arquitectura tomó una ruta diferente con esta casa de fin de semana.
Casa Molina es una estructura prefabricada construida fuera del sitio y transportada al terreno por un camión de carga.
La estructura se realizó prácticamente en su integridad en el taller (incluyendo los techos livianos, instalaciones eléctricas, plomería y acabados preliminares para piso, pared y techo en las áreas de baños.)
Mientras se fabricaba la casa en el taller, se colocaron los cimientos en la parcela para que todo estuviera listo para cuando llegara el tan ansiado anexo al lugar definitivo.
Un vistazo por dentro a Casa Molina
Esta casa prefabricada está formada por módulos de 7,2 metros por 2,4 metros, medidas que coincidían con el máximo ancho de la carretera por la que se iban a transportar. En el interior la casa incluye dos dormitorios, dos baños completos y una terraza cubierta común para uso durante todo el año.
Una vez que los módulos llegaron al sitio, se ensamblaron y se instalaron puertas y ventanas en apenas 72 horas. Para completar el trabajo, se agregó piedra exterior, así como los accesorios de baño, iluminación y los detalles de acabado.
Tiene una superficie habitable total de 160 metros cuadrados con un diseño contemporáneo y minimalista. El resultado es un espacio moderno definido por el gris de su acero y la calidez de su revestimiento de madera natural.
La sala de estar y el comedor al aire libre son particularmente hermosos y están equipados con ventiladores de techo para ayudar a que circule el aire. Las habitaciones se mantuvieron sencillas y minimalistas, revestidas con paneles de cemento gris.
El plano de la casa es en forma de L, con los dormitorios cerrados y los espacios de comedor expuestos al exterior. Los arquitectos separaron los espacios en alas públicas y privadas, conectándolos a través de una terraza ubicada en el centro que se eleva con un amplio conjunto de escaleras. Esta terraza difumina el límite entre la propiedad y la parcela, ubicando perfectamente a Casa Molina en el centro y otorgando armoniosidad a todo el conjunto.
La paleta de colores utilizada es minimalista y natural para el espacio, donde los protagonistas son el marco de acero negro expuesto y las baldosas grises. Los muebles también combinan con la paleta, por eso los tonos grises y marrones combinan en armonía con la estética del conjunto.
La sensación industrial se suaviza con la adición de muebles de madera y telas suaves, que aportan calidez y curvas a este anexo cuadrado.Cuenta con una óptima conexión interior-exterior, gracias a las amplias terrazas y espacios de entretenimiento, y los grandes ventanales con vistas al patio interior aumentan la sensación de intimidad.
Esta casa modular moderna demuestra que un uso estratégico y reflexivo de los materiales se puede traducir en lugar hermoso para el retiro. Con la intención de ser un anexo a esta casa de fin de semana, Casa Molina es un respiro modesto pero moderno, de la vida de la ciudad.